No se entiende el menú pero la salsa abunda

La arena política de la Argentina es mas que nunca un lodazal encharcado donde las mas mínimas reglas de convivencia democrática son pisoteadas y embarradas en pos de un sálvese quien pueda dantesco digno de una escena de los Miserables.
Fogoneo de las catacumbas fascistoides mas oscuras del conjunto social con cobertura mediática premium con quema de barbijos incluida y todo.
Fariseos de todo calibre y pelaje anunciando planes económicos que no presentan antecedentes exitosos en ningún lugar del mundo o de la historia pero que, asegurar sus promotores, pondrían a la Argentina en lugar de potencia en 30 años.
Festejos criminales ante la cámara de cifras de muertos que pueden hacer tambalear un gobierno legitimado en un voto popular que, sin embargo, pierde encanto y brillantez ante un asedio permanente frente al cual no quiere, no sabe o no puede deshacerse del vestido de novia del consenso y el dialogo frente a los gerentes plutocráticos de la miseria. Esos que quiere pagar sueldos del sudeste asiático y recabar ganancias en francos suizos.

Como si fueran poco las corridas cambiarias, aprietes mediáticos, asonadas policiales, carpetazos de todos los colores, pelotudos que aparecen chupando una teta por zoom en una sesión de diputados y un coro de pelotudos mucho mayor que reproducen la noticia mientras tapa el mayor escandalo de espionaje ilegal de la historia argentina, éramos pocos y cayo la abuela. Esa abuela de ruleros y pelucas con olor a naftalina. La Corte Suprema de Justicia.

El mas rancio, aristocrático e impune de los tres poderes del Estado mete la cola en este tole tole de trompadas y mordiscos de la actualidad política.
Sin repetir y sin googlear; ¿podemos nombrar una docena de integrantes del poder judicial? ¿O sobre su forma de elección, gestión y trabajo sobrevuela un silencio similar al secretismo?
Sobre el poder/corporación judicial sabemos poco y nada, pero definen el destino nacional en ultima instancia y son, es sabido, el brazo ejecutor del segundo plan Cóndor orquestado desde las oficinas de la Reserva Federal y compañía. Desde el agotamiento del recurso de militar de sangre y fuego que sirvió durante medio siglo a los intereses del establecimiento de la corporatocracia global, la estrategia viró a la utilización de la santa trinidad cipaya y vendepatria: los medios de comunicación, la corporación judicial, y los thin thanks de políticos conservadores financiados en moneda multicolor.
Los expertos en torturas innombrables egresados de la Escuela de las Américas en Panamá fueron reemplazados por juristas, periodistas y economistas playboy educados en Washington.
Para muestra basta un botón.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia Argentina. Posible eslabón final de todos los conflictos de intereses afectos a la soberanía nacional, fue hasta antes de su designación en la corte por decreto de Mauricio Macri, abogado del grupo Clarín, diario de guerra de la embajada norteamericana y una de las corporaciones mediáticas mas grandes de esta mitad del planeta.

A VER SI QUEDA CLARO.
MACRI PUSO POR DECRETO DOS JUECES EN LA CORTE SUPREMA.
UNO DE ELLOS, HOY SU PRESIDENTE, ERA ABOGADO DEL GRUPO CLARÍN.

O nos rescatamos de que la democracia es mucho mas que votar cada cuatro años, o nos entregamos a un farsa cuyo resultado es el exterminio de lo que Paulo Freire denominaba la «persona-sujeto» por sobre la «persona-objeto», masticando manso los yuyos del amo camino al corral.
Si el perro es manso
come la bazofia y no dice nada
le cuentan las costillas con un palo,
a carcajadas.

Colectivo Editorial ZondeTrope