A la derecha, la pared.

No tienen nada.
Pero ojo, con cámara suficiente aquí, y nada de cámara por allá, el efecto óptico es poderosamente efectivo y peligroso.

La oposición es, mas que nunca, una bolsa de gatos desesperada por pegar el manotazo de una u otra forma. Sin siquiera poder mantener la cohesión ficticia con que darle de comer a su tribuna, se pisan la sabana entre ellos faltando a la mas básica regla fantasmagoríl.
(Reconózcase el uso de una palabra que jocosamente combina “fantasma” y “gorila”)   

Los dueños del poder económico concentrado y del oligopolio comunicacional deben de sufrir hartos dolores de cabeza y ansiedad, preguntándose como fue que lo que alguna vez supo ser una derecha ilustrada, católica y filo fascista con alto contenido teórico y discursivo, se convirtió en este coro estable de sandeces que no tienen el más mínimo sustento a la hora de aguanta un archivo.

Sin la blindada monumental que ofrece el monopolio de la comunicación y sin la lluvia de guita que los popes del empresariado con olor a naftalina hace fluir sin parar a las cuentas de sus partidos, la derecha argentina no pasa un invierno. Se verían rápidamente como el rey desnudo del cuento.
No tienen la más mínima estructura sindical ni un tenue atisbo de territorio.
No cuentan entre sus filas con organizaciones sociales auténticas con capacidad de fuego y movilización. 
No tienen agrupaciones juveniles reales ni convocantes que puedan mover la aguja.
No tienen ni media gestión de relevancia de la cual vanagloriarse, incluso después de haber tenido – creo lo que nadie en los últimos 20 años al menos – el gobierno de la Ciudad, la Provincia de Buenos Aires, y la Nación, todo al mismo tiempo. Aún así, no hay una sola obra de Gobierno de envergadura de la que puedan jactarse.
Las bicisendas y el Metrobús es lo único que pueden mostrar, si la tuvieran, debería darles vergüenza.

Por eso su estrategia electoral esta basada lisa y llanamente en la mentira mas pueril y desmesurada. Por que NO TIENEN NADA PARA MOSTRAR, mas que su verdadero rostro, y eso, mi querido Watson, es tan pero tan nefasto, que hasta el mas bruto de entre los brutos se cuida de mantenerlo a coto.
Claro que a veces el inconsciente, la sensación de impunidad, la falta de cualquier tipo de escrúpulos y el pelotudismo crónico de algunes salta la valla y deja caer las caretas. De ahí salen las maravillas Pullitzer de “caer en la escuela publica”, “para que mas universidades”, “atropellar estudiantes del Pellegrini”, “lugares donde sobra agua y lugares donde falta”, y el largo relicario de entrañables recuerdos de una casta política decadente que la coalición cambiemita nos ah dejado en obsequio. 
Pero ojo, por que no tienen nada de lo mencionado arriba, pero tienen todo lo mencionado después, y algo más. Tienen el apoyo financiero y corporativo de los verdaderos dueños de la sartén. Esos que saben que la Argentina es una pieza cuyo valor en el tablero internacional no tiene precio, merced a sus recursos naturales imprescindibles, su privilegiada localización estratégica, la fertilidad de su suelo, la amplitud de sus fronteras, y la densidad de su población.
Y esa gente, esa gente es muy poderosa. Con ellos hay que tener cuidado, y cuidado hay que tener con sus títeres, la apretada oposición de varios tonos de amarillo y la otra que quiere, increíblemente, correrlos por derecha.
Damas y caballeros, a la derecha de la oposición, esta la pared.
Cuidado.  

Colectivo Editorial ZondeTrope