TIPOS QUE HUELEN A TIGRE. La democracia imperfecta.

Las pantallas televisivas con efectos especiales de incendios que no hacen referencia al ecocidio pirómano perpetrado con alevosía incendiando media Argentina sino mas bien al dólar que aumenta a la velocidad mas rápida de la historia nacional.
Un coro monolítico que se rasga las vestiduras en nombre de la propiedad privada y piden sangre y garrote para una mina corajuda y un puñado de agricultores que osó mojarle la oreja al patrón de estancia.

Según Winston Churchill, la democracia es el peor de los sistemas políticos existentes, a excepción de todos los demás.
Esta verdad fácticamente comprobada con los fracasos históricos foráneos, encuentra su catástrofe en la imposibilidad universal de lograr traspasar los límites que impone el poder real a una práctica de democrática popular y genuina.
La democracia acaba donde empiezan los privilegios de los que la han tomado por asalto hace tanto que ya no se sabe a ciencia cierta cuando fue.

Cuando el movimiento de los pueblos hacia la mejora de su calidad de vida, encuentra imposible modificar las estructuras de fondo que lo condenan a una existencia de servidumbre a sueldo y de pauperización constante y sonante, la democracia que privatiza las riquezas y socializa la miseria expone su verdadero rostro. Un rostro histórico que chorrea sangre por todos sus poros y cuyos ejemplos abundan con nombres y apellidos que se repiten con fatalidad.

En estas tierras al sur del mundo los sueños de libertad y prosperidad pública costaron sangre sudor y lagrimas independentistas, prontamente traicionada por los mercaderes al servicio de la banca inglesa.
1800 – Los Rivadavia y los Saavedra que asesinaron a los Castelli y los Moreno.
1850 – Luego el unitarismo portuario aplasto las ideas redentoras de un federalismo montonero.
1950 – Mucho mas acá, las bombas de plaza de mayo y los fusilamientos de la libertadora sellaron el destino de la constitución del 49.
1970 – Un peronismo avejentado y conservador acribillo la ilusión de una juventud revolucionaria que se había jugado, literalmente, la vida mientras el caudillo escribía cartas con su mano izquierda o derecha según el caso.
1976 – La milicada hizo el trabajo sucio al servicio de las corporaciones extranjeras y los tránsfugas locales de saco y corbata.
1980 – El neoliberalismo y Wall Street se llevo puesto las tibias intentonas del Alfonsinismo. 1990 – El Consenso de Washington de Menem termino de empujar a la gente fuera del mapa. 2015 – El macartismo macrista se cargo en solo 4 años todas las flores de la corta, titubeante e inconclusa primavera kirchnerista. Los muertos, siempre los puso el pueblo.
Hoy, los dueños de todo y los democráticos en nada tocan los tambores de guerra ante la mera posibilidad de tener que arrimar una parte de la torta a quienes tienen la soga al cuello.
Que se entienda bien. No se trata de la amenaza bolchevique post moderna, se trata de una soltada pequeña de puntos de interés, de porcentajes irrisorios de fortunas mal habidas, de escasísimas concesiones a los explotados a su costa, y así y todo, pretenden con una corrida cambiaria y una retención de riquezas mezquinas empujarnos a un precipicio social, ecológico y económico.
El consenso democrático deja caer sus ropajes de brillantina para dejar a un rey desnudo dispuesto a que arda el futuro de millones antes de compartir el sol que a todos nos corresponde, empujando a la cruda de verdad de que no existen cambios reales sin un desenlace violento.
Que la posesión de la tierra, la explotación de su riqueza, la autodeterminación del parte y reparte, la independencia cultural y la soberanía tecnológica no se definen en los mármoles del congreso, y que, cuando lo hace, tarde o temprano debe enfrentarse a la verdad, y la verdad es, que los dueños del poder y de los fierros no están dispuestos a dejar de serlo.

Si quienes detentan los resortes del Estado pretenden un mundo distinto, es imperioso que comiencen a llamar a las cosas por su nombre y a señalar sin pelos en la lengua a los enemigos del pueblo, el fascismo plutocrático disfrazado de demócratas meritócratas y humanistas.
Y actuar en consecuencia.
El mundo se enfrenta a la mayor crisis que haya vivido la humanidad.
Una crisis de sobreproducción contaminante y saturación crítica de los ecosistemas, que apiña toneladas de humanidades en la miseria de forma contrapuesta a un racimo de multimillonarios.
Imperios en decadencia frente al gobierno mundial de las Corporaciones que ofrece un like y Match al simple costo de la sumisión absoluta de tu persona.
Con el fascismo no se discute, al fascismo se lo combate y se lo destruye, en eso se nos va el futuro y no es joda.
Lo que hagamos hoy resonará en la eternidad.

Colectivo Editorial ZondeTrope.