Nueva Roma

Números.
El 24% de los asesinados a tiros por policías norteamericanos en 2019 eran negros, aunque solo representan el 12,4% de la población
Los blancos son diez veces más ricos y ganan el doble que los negros, siendo la tasa de desempleo de los negros el doble que la de los blancos.
Estados Unidos recluye a un porcentaje más alto de su población negra de lo que hizo Sudáfrica en el punto álgido de la era del apartheid. Es una situación que comenzó en los años ochenta con la guerra que Ronald Reagan emprendió supuestamente contra las drogas, pero que terminó encerrando de forma masiva a negros a los que acusaba de traficar las drogas que luego se descubrió que el mismo gobierno metía en los barrios pobres norteamericanos, cobrando de este negocio millones de dolares semanales que fueron a para a financiar la guerrilla Contra en Nicaragua, cortesía directa de la CIA.
Entonces, los reclusos en EE.UU. no llegaban a los 400.000. Hoy superan los dos millones, siendo un tercio de ellos negros –y pobres–.
Pero hay un numero que es mas claro. Hay mas negros en cana que en las universidades. El ultimo censo conocido daba una diferencia de 150 mil.

Haber tenido un presidente negro no modifico en lo mas mínimo la inclinada balanza de violencia y desigualdad que la población negra vive cotidianamente en la tierra de la democracia occidental. Siguieron viviendo en guetos, siguieron cobrando la mitad, siguieron sufriendo el doble. Pero como a ellos, tampoco le cambio la realidad a los latinos, la otra inmensa minoría que habita suelo estadounidense, ni a ninguna de las otras culturas o religiones que intentan convivir en la cosmopolita potencia del norte. En la tierra de la Coca Cola y la libre venta de armas la libertad civil solo es una estatua y eso ya no es un secreto para nadie con dos ojos en la cara.

Pero hay algo que es como mínimo interesante a resaltar:
Quince minutos antes del asesinato cobarde y canallesco del tal Floyd, los Estados Unidos ostentaba el escalofriante 1er puesto en el podio de muertes por Coronavirus. Antes de que todos dejaran de contarlos, ensimismados en las bellas e impactantes imágenes de una central de policías ardiendo en llamas, USA contabilizaba mas de 120.000 muertes. Dos Vietnam. Sin contar latinos ni vietnamitas, claramente.
Quince minutos después del lógico y esperable estallido de furia acarreado en 200 años de explotación y discriminación racial mas o menos disimulada, Donald Trump declaraba a ANTIFA como organización terrorista. No sorprende conceptualmente, que un gobierno a todas luces fascista, donde pueden detenerte sin orden judicial y torturarte legalmente, considere terrorista a una entidad que se encuentra en sus antípodas políticas y lo considera un enemigo público. El asunto es que, ANTIFA, no es una organización establecida, ni escalonada, ni con dirigentes reconocibles, ni con sede de reunión, ni con estatuto, ni con nada. Entonces. ¿A quien se persigue? ¿Bajo que criterio se considera a alguien integrante de ANTFIA? ¿A quien le cabe, el mote de terrorista? Pues bien. A cualquiera. Ya no hace falta orar mirando a la meca o usar turbante, ahora le puede caber absolutamente a cualquiera, por que la inclusión en dicha ley implica que a cualquier intelectual que se lo acuse de simpatizar o «colaborar» con grandes comillas con el movimiento ANTIFA le cabe todo el peso de la brutalidad judicial norteamericana.
¿Casualidad o causalidad?
EE.UU, con un déficit en su balanza de pagos mayor a la deuda de todo el tercer mundo junta (la famosa deuda publico/privada norteamericana se cuenta en billones de dolares, de los cuales una parte sustancia esta en manos de… saraaan saaa saaann… el Banco Popular de China), en una guerra comercial con el gigante asiático que a todas luces va perdiendo, en un declive agónico del dolar como moneda de reserva internacional, y con el peligrosisimo péndulo sobre su cabeza de ser un país que consume infinitamente mas recursos naturales de los que puede siquiera imaginar producir, es la clara imagen del nuevo imperio romano en punto de implosión.
Entonces, el estallido que pone bajo la linea de fuego a cualquier alma disidente que pueda ser acusada como terrorista tapa como cohetes de artificio el incendio estructural del gran sueño americano.
El indio lo explica bien, casi un haiku:
Con tanto humo el bello fiero fuego no se ve