Tiempos de Maleza

Eduardo Galeano llora, silencioso, entre puros y mojitos junto al Comandante. El resultado electoral de nuestro hermano pueblo del Uruguay duele en lo mas hondo del corazoncito de la Patria Grande. Ese país chiquito, con aire de chacarero cansino, supo ser una vanguardia luminosa en la conquista de derechos latinoamericanos. Con una diferencia de votos casi irrisoria se logro torcer el rumbo de aquel ejemplo siempre dispuesto arriba de la mesa. 30 mil papeletas echaron por tierra la posibilidad de un socio de alto valor simbólico. Quien supo regalarnos un glosario de buenas políticas publicas y algunas de las practicas revolucionarias mas memoriosas de la guerrilla urbana se ah desplazado, al menos por los 4 años siguientes, a la derecha del espectro político. Aunque cueste creerlo, de nada sirvieron los pauperrimos ejemplos de la derecha continental para servir de espejo al pueblo uruguayo a la hora de decidir su futuro inmediato en comicios electorales. Ni el golpe de Estado de la rancia oligarquía fascista boliviana, ni el estrepitoso fracaso de la perla liberal chilena, ni el macabro sistema paramilitar colombiano, ni la catastrófica gestión macrista en Argentina, sirvieron para evitar la derechizacion yoruga.

Nuestra querida, lastimada y porfiada América Latina se convulsiona de norte a sur en un combate a campo abierto contra sus verdugos de ayer y de hoy, mientras la banca y el Imperio mueven con astucia y paciencia los hilos de su dominación. Del sur del Río Bravo a la ultima piedra austral del continente las pinzas aprietan y los pueblos se rebelan con mayor o menos efectividad.
Nuestros ojos asisten con asombro a la decadencia de las democracias burguesas que empujan a la humanidad al desconcierto de un horizonte incierto.
La generación del meme, de las redes sociales, de la virtualizacion de la vida, del poliamor y de la inteligencia artificial han de afrontar ese quiebre coyuntural donde pasado presente y futuro se juegan las cartas de supervivencia por la libertad o subyugadas a la corporatocracia internacionalista.

En nuestra patria chica las cosas no son mucho mas sencillas. Mientras celebramos la mudanza del Bufón Sobremonte de Buchon y Angulo Mauricio Macri de la quinta de Olivos, lugar a donde nunca jamas debió haber arribado, la maquinaria reaccionaria que nunca duerme ni descansa se aceita en el movimiento.
La pluma veloz del sinverguenza pasa a planta permanente y con inmunidad diplomática a una caterva de herederos en puestos clave del gobierno y el poder. Por decreto les asegura contratos con sueldos astronómicos y la imposibilidad de echarles sin una indemnización escandalosa. Claro que comparándolo con el peso asfixiante de la deuda privada sobre las arcas publicas, el desmantelamiento de la capacidad industrial y tecnológica, las bases norteamericanas instaladas en estas tierras, y el cebamiento criminal de las fuerzas policiales de múltiples colores, la cuestión de los ñoquis de nordelta, queda mas bien chiquita.

Junto a ello, la oligarquia mas rancia de estas pampas amenaza con desestabilizacion y corte de ruta si el gobierno entrante osa menguar sus astronómicas ganancias, retenciones mediante. Los lentes rayban, las 4×4 y los cinturones de piel de yacare blanden el piquete que en otros tiempos arrojaba miles de litros de leche y toneladas de alimentos a la vera del camino. Se tratará, esta vez, de no permitir semejante atropello a empatía.

Asoman tiempos de maleza mal crecida y papoteada, donde la puja por ese pedacito de tierra bajo el sol que cubre nuestras cabezas ya no sea subterranea, camuflada, maquillajada. Sino mas bien a cara lavada y campo abierto. Quizás, la guerra civil española, según el Corto Maltes “la ultima guerra que valió la pena ser peleada”, encuentre su titulo amenazado por estos tiempos de amor a la dignidad entre tanta colera teñida de falsa democracia.

Colectivo Editorial ZondeTrope.