Déjense de joder. Es un juego peligroso.

Para cualquiera que tenga ojos en la cara, las ultimas semanas han sido de una manera mas descarnada que la usual, una oda a la violencia.

Pero no a cualquier violencia.
Una oda a la violencia institucional, institucionalizada.

La línea argumental que unifica los discursos de entrar con una metralleta al conurbano (Arietto), cárcel o bala (Espert) y libre portación de armas (Milei) con las ultimas dos masacres consecutivas en EE.UU, es directa. Y se retroalimenta.
Pero aparte, no tienen en Argentina, absolutamente nada de nuevo.
La política de “un delincuente una bala” retrotrae al final de los paupérrimos 90.
El que quiera andar armado que ande armado fue latigillo de la Bullrich en el cercano 2018.

El problema radica en que, como siempre que la crisis económica entra por la puerta y la violencia y la aporofobia se cuelan por la ventana, la violencia, hija de la miseria, se hace presente. Entonces con un discurso de demagogia punitivista, el caldo de cultivo para la espiralada ascendente se hace palpable, espeso, y sobre todo, posible.

¿A que juegan quienes fogonean la política de tenencia de armas y justicia a los balazos? Juegan al caos.
Juegan a una sociedad destartalada donde la ultima frontera que mantiene la cada vez mas endeble paz social salte por los aires.
Porque en el momento en que el Estado de Derecho queda lo suficientemente deslegitimado como para justificar la utilización de armas por parte de la población civil, solo reinan las condiciones de quien tiene los fierros.
Y adivinen que, los que tienen los fierros, son los que tienen todo lo demás; de la lapicera que remarca los precios del pan a la computadora que digita las tasas de interés crediticio.
Los fierros en todos los sentidos. Los fierros para cosechar y exportar, los fierros para transmitir al aire las 24 horas del día los 365 días del año, los fierros para producir caño sin costura y plataformas de extracción de gas.

No es que a nadie se le ocurra poner en discusión las causales de la violencia.
Es que vociferar frases hechas frente a panelistas carentes de toda repregunta y alzarse miserable pero demagógico sobre el malestar de una sociedad a la que le se le roba su proyección de futuro, garpa mucho más.
Sobre todo, para los dueños de los fierros.

Y así es muy difícil dar la discusión de por qué en un país que produce y exporta trigo el abuelo de Villa Fiorito paga el kilo de pan como si estuviera en París.
O por que hace años que comer un pedazo de carne en el país de las vacas es cada vez menos cotidiano para 7 de cada 10 niños y niñas. 
O como puede ser que mientras emerge y se masifica el fenómeno de laburantes de jornada completa que son así y todo pobres, un puñado de menos de 100 empresarios multiplicaron su fortuna por 23 en 6 años.
O que 4 jueces que se votan entre ellos digitan el destino de 47 millones de personas
O que 5 empresas controlan el 90% de los medios de comunicación.
O que en un país con 5 mil kilómetros de costa marítima el pescado valga lo mismo que un ternero.

O que cualquier Pyme de cualquier rincón del país pague más impuestos, tenga menos crédito, y se le exijan más regulaciones que a Techint, Arcor, Coto, La Anónima, Loma Negra, Pampa Energía, Socma, Vicentin, Molinos, Papel Prensa, La Nacion, etc etc etc.  

Parece joda pero no lo es.
Es tan pero tan evidente que da vergüenza, propia, ajena y hasta fiada.

¿Cómo? ¿Cómo puede ser?
De los 11 principios de Joseph Goebbels, que se cumplen sin excepción, uno de los mas recordados es “miente miente que algo quedará”
Y eso, con la repetición de alta rotación con que nos saturan los dueños de las impresoras, las cámaras y los micrófonos, se convirtió en la cadena más pesada cobre el cuello.

“El país con más impuestos del mundo”.
“El pobre no quiere trabajar por que tiene un plan social”
“La cárcel y la justicia tienen puerta giratoria”
“La inflación la hacen imprimiendo billetes”
“La política solo sirve para cobijar corruptos”

Eso garpa, es indignante, se recuerda fácil, focaliza la bronca.

En este país nadie paga tan pocos impuestos como los dueños de las fortunas mas grandes, jueces incluidos, vaya sorpresa.
Todas las personas quieren laburar, lo que no quieren es un laburo de mierda donde te exploten por 25.000 pesos.
Imaginemos que tan malos trabajos tienen para ofrecer que es preferible cobrar un plan.

Si existe una puerta giratoria, que alguien explique porque en los pabellones se apilan un preso sobre otro y la mayoría no le vío la cara al abogado defensor en su vida, y no hay un solo juez destituido ni fugadores y estafadores al fisco conocidos tras las rejas.

Sobre la política monetaria de poner una moneda en el bolsillo de la gente, que pelufastanes y y corbatines que nunca tuvieron hambre llaman “maquinita”. Preguntémonos que tiene que ver un bono de 20.000 pesos con que Pagani el dueño de ARCOR aumente los precios del arroz y los fideos, por quinta vez en el año.

Se habla mucho de los políticos corruptos que, valga la pena decir, crecen como hongos después de la lluvia. ¿Ahora, alguien pregunta de donde vienen esos billetes? ¿Alguien sigue la ruta del dinero para ver quienes son los principales beneficiarios de esa corrupción?
No serán, los que fijan precios, evaden impuestos, fugan riquezas, y (no) dictan sentencia…

Hablábamos de la legitimidad de la violencia de lo que podríamos definir “los dueños”.
Los dueños de la moral y las buenas costumbres
Los dueños de los medios de producción
Los medios de la propiedad con mayúscula
Los dueños de la propiedad con minúscula, mas no sea una Kangoo utilitaria o una panadería.

¿O acaso alguien puede creer que el pedido de armas en la calle de los histriónicos de Milei, Espert o Arietto, es para que los Roca, los Pagani, los Macri o los Magnetto puedan andar armados?
Claro que no.
Es que para que el remisero, la panadera, hasta el delivery, ande calzado.
¿Por qué? Porque nada más efectivo para la implantación del terror consensuado que el pobrerío matándose entre sí y la luz verde para que las fuerzas de “seguridad” jueguen a la ruleta rusa con la vida de los pibes de las barriadas.

No solo nadie se pregunta con verdadera vocación de resolución por que la miseria y la marginalidad crece sin pausa y cada vez con más prisa.
Peor aún, nadie se pregunta quien carajo pone armas de fuego en manos de esa marginalidad.
Nadie dice, aunque todos los sabemos, que en la argentina no existe mercado negro de armas. Existe mercado azul. Porque las armas, en la argentina, las comercializa la policía.

Entonces.
Ni a Milei, ni a Espert, ni a Arietto, ni a Larreta, ni mucho menos a Canosa, Majul, Longobardi y compañía puede pedírsele que hagan algo distinto a lo que hacen.
Esa es su razón de ser. Su metié. Su, pongámosle, trabajo.
No puede pedírseles nada, y no puede hacerse otra cosa que combatirlos con todos los medios que tengamos a nuestro alcance.

El problema está en otro lado.
El problema está, en, pongámosle, este lado.
Dejen de boludear y de peinarse para la foto. Dejen de medirse vaya uno a saber qué.
Dejen de tratar entre algodones a los buitres que están cocinando a fuego lento nuestro porvenir.
Dejen de titubear cada vez que tienen que alzar la voz.
Dejen de pedir disculpas cada vez que lo hacen.
Dejen de boludear y pónganse el país al hombre por que esto se va a la mierda.

La derecha juega al mismo juego peligroso y siniestro de siempre, con el serio problema adicional de que esta vez tiene varias fichas acomodadas y el tablero le es favorable.


Es hasta en defensa propia.
Es estar a la altura del desafío histórico, cuy pérdida tendría consecuencias catastróficas.
Si no le dan a la juventud la expectativa de que puede haber un futuro que valga la pena ser vivido, nos van a regalar al primer histriónico que aparezca con campera de cuero a los gritos y financiado en dólares contantes y sonantes.

Este asunto esta ahora y para siempre en sus manos, ustedes que tienen las máximas atribuciones ejecutivas, la manija del Estado, las herramientas legítimamente constituidas para mejorarle la vida a la gente.
Dejen de boludear y gobiernen para quienes tienen que gobernar, que es el pueblo.
Si lo hacen, y lo convocan, el pueblo va a acompañar, va aguantar, va a empujar.

Y si no saben reconocer quienes son el pueblo y quienes no, entonces corransé y pasen la posta.

Colectivo Editorial ZondeTrope

FONDOS ESPECIFICOS. Gustavo López y un paso al frente de FORJA. Una espada de Damocles y una pelea imprescindible.

Gustavo López, hoy vicepresidente de ENACOM y Presidente del Partido por la Concertación-FORJA, no es un recién llegado. A su paso por la Secretaría de Cultura y la secretaría de privada de la Presidencia en tiempos Néstor y Cristina lo preceden años de militancia en el ambiente de la cultura y la comunicación popular y comunitaria. Conoce el paño de los dos lados, y no le es ajena la pela por la subjetividad del pueblo y la colonización cultural. La eliminación de los Fondos Específicos que financian la cultura popular e independiente exigidas a Macri por el FMI en 2017 y cuya fecha de derogación es en diciembre de este año encendió una batería de alarmas que, con preocupación, vemos menos ruidosas de lo que imaginamos como imprescindible. Pero, en ese marco, algunos melones se acomodan. Fue redactado por un conjunto de diputadxs del FDT (Carro, Correa, Macha, Martinez y Moises) un proyecto de ley que extiende la vigencia de los fondos mencionados por 40 años mas. En el día de ayer martes, ese proyecto fue respaldado y empujado por las autoridades del Enacom frente a Sergio Massa, Presidente de la Cámara de Diputados, para que nadie duerma en el cajón de la perdida de estado parlamentario.
Quien crea que la discusión es económica, se equivoca.
La disputa es estrictamente política.
En la cultura se nos va la vida. Por lo menos la propia.

A continuación, reproducimos comunicado de la mencionada reunion:

Sergio Massa recibió a Claudio Ambrosini y a Gustavo López para avanzar en la prórroga del financiamiento a la cultura

El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se reunió con el titular del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), Claudio Ambrosini, y su vicepresidente, Gustavo López, para trabajar en un proyecto que garantice la continuidad del sistema de financiación del cine nacional, el teatro independiente, la música popular y las bibliotecas populares en la Argentina.Massa recibió a Ambrosini y a López en su despacho del Congreso Nacional, donde conversaron sobre la redacción de un proyecto de ley para prorrogar los fondos que financian la producción cultural, lo que, a su vez, impulsa la generación de empleos y el desarrollo económico.

Este financiamiento tiene el objetivo de preservar la identidad cultural argentina a través de actividades como el cine nacional, el teatro independiente, la música y las bibliotecas populares, entre otras, que se sustentan en gran parte con asignaciones específicas que solventan las empresas del sector.

“Desde ENACOM promovemos y respaldamos la producción de todo el sector cultural. Es por ello que seguimos fomentando la diversidad para la elaboración de múltiples expresiones artísticas en nuestro país, entendiendo el rol elemental de las mismas en la generación de fuentes de trabajo y en la transmisión de la identidad nacional”, manifestaron Claudio Ambrosini y Gustavo López a Sergio Massa.

Tal como ocurre en diferentes países del mundo, con el propósito de preservar la identidad cultural, en la Argentina existen actividades como el cine, el teatro independiente, la música y las bibliotecas populares, entre otras, que se financian en parte con determinadas asignaciones que abonan las empresas del sector. La ley aprobada en 2017 plantea el cese de las asignaciones específicas destinadas a las producciones culturales nacionales. Estos recursos resultan sustanciales para el sostenimiento de las industrias culturales, ya que, de no existir, afectarían profundamente la producción cultural popular de nuestro país.

El Estado nacional impulsa políticas de incentivo con el fin de fortalecer la pluralidad de voces y garantizar la libertad de expresión para todos medios de comunicación y comunidades de nuestro país.

Noticia en desarrollo…. de acá, hasta que la demos vuelta.
Colectivo Editorial ZondeTrope.

VA SIENDO (A)HORA

En un contexto donde el ruido ensordecedor de los números pandémicos aturde la verborragia mediática, es imprescindible afinar la oreja y alinear el olfato, para que no se nos escapen algunas de las discusiones mas imprescindibles del futuro inmediato, ni el olor a podrido del tren fantasma de turros que, quedando un poco menos a cubierto de la cortina de impunidad de que suelen gozar, muestran que son los dueños de la manija y se pasan el voto popular ahí donde no les pega el sol.

En el país de la vacas, 4to productor mundial de carne, el índice de consumo de carne cae en picada, y acumula un 65% de aumento de precios de carne en lo que va del año.
Cinco frigoríficos cuyas ganancias están en récords históricos, igual que las cerealeras y la producción agrícola en general, determinan el precio exorbitante de la carne en las mesas argentinas.

Que, en un momento de crisis económica y sanitaria mundial sin precedentes, pero también de fantásticas ganancias del sector agroexportador, el precio de la comida este tan desfasado del bolsillo de los y las laburantes, tiene varios adjetivos: es de una miserabilidad humana importante, y de una mala leche política y pretensiones desestabilizadoras de iguales medidas.

El gobierno no define los precios, y pero es al gobierno a quien el pueblo ah de señalar como el responsable de la inflación, y acá entra en juego una doble problemática.
El gobierno pareciera ser bastante malo a la hora de comunicar las cosas por su nombre identificando a los actores económicos responsables de las penurias populares, pero pareciera tener aún mas dificultades para, sabiendo quienes son, poner realmente el punto sobre las íes y utilizar el poder constitucional conferido por el voto para terminar con esta larga joda de pocos ganadores de mucho y muchos perdedores de todo.

El efecto Vicentin sigue su cola de arrastre.
Fraudes empresariales de proporciones bíblicas que salieron a la luz pública se amontonan en la memoria demasiado corta que atrofia la corporación mediática igual de sucia que sus colegas de otros rubros. La concesión portuaria del Paraná y sus rutas navegables abrió una herida que muchos intentan tapar a toda costa del sol, antes que se pudra lo suficiente como para que su olor sea indibujable.
Ahora, cinco frigoríficos y un puñado de cerealeras socaban la gobernabilidad haciendo imposible a la gente comer como corresponde, y como en una tragedia griega, el gobierno pone una tonelada de guita en programas sociales que terminan yendo a parar, vía inflación, a los bolsillos de la misma gavilla de delincuentes que le aprietan el cinturón a la gente: 5 frigorificos y 10 megaexportadores agrícolas.
Adivinen: son en un 75% corporaciones de capital extranjero.

El comercio exterior argentino esta controlado por corporaciones internacionales y puñado de cipayos locales. La carne, los granos, mueven fortunas en negro y suben los precios para caldear el animo social. En los puertos los barcos salen sin pesar su contenido, parece joda pero es la absurda verdad. Basta la firma de una declaración jurada de la empresa exportadora para dar fe de cuanta guita lleva cargada en el barco.

La fuga equivale a varias veces el pago de la deuda externa que este mismo sector económico contrajo varias veces a costa de cada laburante desde el Cabo San Pio a la quiaca norteña. Y esto es posible, porque la concentración mediática hace lo que se le canta en gana y labura en servicio de la embajada y sus entidades de crédito y grillete.
El Grupo Clarín y la Nación, popes de la comunicación argentina, desoyen desde el vamos las reglamentaciones del Poder Ejecutivo que determinaron que las telecomunicaciones son un derecho humano inalienable y por ende se las considera un bien público. En la cara de un público impávido se nos cagan de risa y demuestran estar más allá de toda ley y todo gobierno. Ellos son el gobierno que no vota nadie. Y lo hacen de la mano de la corporación judicial con quienes juega al ajedrez entre gallos y medianoches con la vida de 44 millones de personas.

El escándalo de un transa de cuello blanco simpáticamente apodado Pepín huele tan mal como la olla de jueces, espías, periodistas y aprietes que destapo el caso Dálessio, ya tristemente olvidado pero de cuya piola sigue salpicando mierda a diestra y siniestra.
Hoy, el pedido de captura internacional de Pepin Rodriguez Simon, operador judicial estrella del macrismo, debería decantar en el inesquivable pedido de explicación al juez de la suprema corte Rosenkratz, de por qué recibió 60 llamadas de este oscuro personaje de la rosca de tribunales.

Entonces.
La democracia no se defiende con buenos modales y simpáticas reuniones consensualistas. La democracia real, esa que pugna por la mejoría de las condiciones de vida materiales y ontológicas, se defiende con la acción política en la mano firme y el codo recto. La feliz convivencia de explotadores y explotadas es un cuento de la infancia, es una falsedad de la idea de democracia capitalista de cara sonriente fabricada con trabajo esclavo en el sudeste asiático… o en las haciendas de los Echevere en la provincia de Corrientes.

Va siendo hora de sacarle la pauta a Clarín y La Nación, poniéndolos en el lugar que les corresponde, y que el gobierno deje ridículamente de financiar a lo más antidemocrático del paradigma moderno: el oligopolio comunicacional.

Va siendo hora de que los formadores de precio rindan cuentas, y que el gobierno de un país productor de alimentos se ocupe de que morfar sea un derecho adquirido y no un juntadero de sangre sudor y lágrimas. 

Va siendo hora de que el gobierno, se cargue el Estado al hombro poniendo los operadores judiciales y de la embajada que nos condena a retroceder 50 casilleros cada vez que tiene oportunidad, en el lugar que corresponde, ese donde no puedan jodernos la existencia.

Va siendo hora de la Junta Nacional de Granos, de la Junta Nacional de Carne, de la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual irrestricta, de la democratización judicial inamovible, de las Cadenas Nacionales, del ajústese a derecho, del se acabó el por favor, de la condena publica de la desestabilización política, de la prendida de luces que deje al descubierto la mano detrás de la cortina, que pretende condenarnos a ser un pueblo dependiente, desindustrializado, colonizados mentalmente y subordinado al patrón de estancia de turno.

Si el gobierno no se rescata de que la historia no espera y que esta partida no puede perderse, correremos el riesgo de que se diluya en el desencanto uno de los últimos partidos de masas que aun persiste en este rincón del planeta, dejándonos culo al norte y con los pantalones bajos, esperando la servida de quien financia la mano, la cortina y el coro estable de vende humo que nos distrae del bosque con un árbol de mimbre.

Colectivo Editorial ZondeTrope